El papel de la teleasistencia y la telemedicina en la configuración de las SmartCities

sports-731506_1920Las ciudades actuales viven un estado permanente de evolución o cambio, sujetas a tensiones derivadas de la contaminación, la superpoblación y la limitación de los recursos. Crear ciudades sostenibles se ha convertido en un reto fundamental tanto para las administraciones públicas como para las empresas privadas que buscan desarrollarse en entornos seguros y económicamente viables como también para los propios ciudadanos que habitan las ciudades y que esperan que estas ofrezcan una mayor calidad de vida.

Para hacer posible todos estos retos ha surgido la idea de ‘SmartCities’ o ‘ciudades inteligentes’ donde las políticas sociales, el capital humano, la comunicación, y las infraestructuras, se alían para conseguir un desarrollo económico sostenible, apoyándose en el uso y creación de nuevas tecnologías, pudiendo ofrecer, de esta manera, una mejor calidad de vida y una gestión prudente de los recursos, gracias al compromiso de todos los ciudadanos y las instituciones que conforman la ciudad.

De los servicios fundamentales que debe ofrecer una SmartCity y entre los que se encuentran seguridad, educación, gobierno y ciudadanía, gestión de infraestructuras, medio ambiente, movilidad o eficiencia energética, cabe destacar la salud de los habitantes, ya que la innovación es fundamental a la hora de gestionar los ámbitos públicos de una ciudad, pero no sirve de nada si no se configura para avanzar en las políticas sociales.

Es por ello que todos los planes para desarrollar una SmartCity incluyen proyectos de teleasistencia que faciliten modelos de vida independientes para personas con necesidades especiales como pueden ser las personas mayores o los dependientes y su geolocalización en caso de emergencia o desorientación del usuario.

También la telemedicina tiene un papel importante a la hora de configurar ciudades más habitables al proporcionar soluciones que permiten la monitorización del estado de salud de los usuarios evitando a los pacientes desplazamientos innecesarios a sus centros de salud.

En conclusión, la tecnología al servicio del sector socio sanitario tiene mucho que aportar en la creación de ciudades más sostenibles y habitables que ofrezcan una mejor calidad de vida y una gestión más eficiente de los recursos.

10 consecuencias de la soledad y como la tecnología puede evitarlas

soledad-412421_1920La sociedad en la que vivimos es víctima de una terrible paradoja, y es que a pesar de vivir en la era de la comunicación, cada vez son más los ancianos que viven en soledad. Sin embargo, no debemos confundir soledad con vivir de forma independiente, ya que la primera es una dura y penosa obligación, mientras que la segunda es una opción personal que puede revertirse cuando el individuo lo crea necesario.

De hecho según un estudio de la Fundación Axa y Fundación ONCE, alrededor de un 20% de los españoles mayores de 18 años viven solos, de los cuales un 59% lo hace por voluntad propia frente a un 41% que lo hace por obligación. Esto significa que el 7,9% de los españoles mayores de 18 años vive en soledad. El problema se agrava considerablemente en la mujer, ya que el 25% de las mujeres mayores de 65 años se ven obligadas a vivir solas.

Las consecuencias de vivir en soledad son muchas y bien conocidas. Como muy bien explicaba Adolfo Tamames en la jornada “Maltrato en personas mayores y violencia de género” celebrada en Madrid y en la que, aparte de nuestro CEO, participaron la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, y la Secretaria de Estado de Asuntos Sociales, Susana Camarero, «someter a un anciano a la soledad, es también otra forma de maltrato que hay que evitar». Y para ello la tecnología puede ser un eficaz aliado, ya que soluciones como la teleasistencia o la telemedicina pueden facilitar en mucho el acompañamiento y el cuidado, tanto físico como mental, de nuestros mayores.

A continuación os dejamos una lista de 10 consecuencias que quizá no conocías sobre la soledad:

1 La soledad es contagiosa

Según un estudio realizado en conjunto por la Universidad de Chicago, la Universidad de California – San Diego y la Universidad de Harvard, los mayores que viven en soledad se vuelven más desconfiados y les resulta complicado hacer nuevos amigos. Además tienden a transmitir sus sentimientos de tristeza a los demás, que reaccionan dejándolos de lado y convirtiéndose ellos mismos en personas recelosas y proclives a la soledad.

Como explica el psicólogo John Cacioppo de la Universidad de Chicago «Detectamos un extraordinario patrón de contagio que lleva a las personas al borde de la red social cuando se hacen solitarias».

2 Los cuidadores también pueden sufrir soledad

Ante una situación de dependencia grave, son muchos los cuidadores no profesionales que tienen que aparcar sus propias vidas, sus carreras profesionales, su entorno social, etc. para cuidar a tiempo completo a sus familiares.

El cuidado no profesional de una persona mayor o dependiente no solo conlleva una gran responsabilidad, sino dedicar mucho tiempo y esfuerzo, lo que acaba alejando al cuidador de su entorno social, entrando así en una dinámica de aislamiento que pueden acabar en soledad y depresión también por parte del cuidador.

Mucho mejor que nosotros lo explica Pablo A. Barredo en su fantástico blog «Diario de un Cuidador«, cuya lectura os recomendamos.

3 Puede dificultar el sueño

Las personas que se sienten solas tienden a despertarse más veces durante la noche, como demuestra un estudio de la universidad de Chicago.

Los investigadores monitorizaron a 95 adultos del área rural de Dakota del Sur. Sin embargo, para este estudio no escogieron a personas que vivieran realmente en soledad, lo que provocaba que se despertaran más a menudo era que, a pesar de vivir acompañados, tenían sensación de soledad.

Este estudio puso de relieve además que la soledad no solo depende de estar realmente solo, sino de la percepción que de ello tenga el individuo. Se puede tener la sensación de soledad teniendo pareja o familia a tu alrededor.

4 El aislamiento convierte a los mayores en víctimas de estafas

Desde hace tiempo, las diversas empresas prestadoras del servicio de teleasistencia, en conjunto con las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, vienen desarrollando programas de información y prevención contra el abuso en personas mayores. Lo cierto es que, como apunta el Centro Nacional Contra el Abuso a Mayores, al vivir en soledad, los mayores se encuentras más expuestos a todo tipo de estafas.

Para evitar este tipo de situaciones es importante que los mayores tengan referentes en quien confiar además de tener a su disposición canales de denuncia. Así, por ejemplo, la teleasistencia puede ser un buen aliado a la hora de combatir este tipo de delitos.

5 Las personas que viven solas tienden a adoptar hábitos poco saludables

Al no vivir en un entorno que fomente la vida sana y  la actividad física, solemos tender a adoptar hábitos de vida más cómodos que suelen ser poco saludables como una dieta poco equilibrada, escasa actividad física e incluso en algunos casos, escasa higiene personal.

Para evitar caer en estas situaciones es importante pasear y relacionarse con otras personas de nuestro entorno. Sin embargo, en muchas ocasiones, el mero hecho de enfrentarse al exterior puede causar inseguridad en las personas mayores, por ello los dispositivos de teleasistencia móvil son tan importantes para dotar a los ancianos de confianza y seguridad a la hora de salir a la calle.

6 La soledad afecta a la salud tanto física como mental

Según un estudio del doctor Cacioppo, psicólogo de la Universidad de Chicago al que ya hemos aludido con anterioridad, los ancianos que viven aislados son más propensos a sufrir complicaciones en su salud, no solo física, sino también mental. Cacioppo ha demostrado que la percepción de aislamiento social conlleva un deterioro en el desarrollo cognitivo de los mayores.

El sentirse acompañados y salir del propio entorno doméstico son la mejor solución para evitar la depresión y otros efectos neurológicos negativos.

7 Existe una relación directa entre soledad y enfermedades crónicas

Investigadores de la Concordia University en Montreal (Canadá) han demostrado que las enfermedades crónicas pueden hacer que los ancianos tengan una mayor sensación de soledad, incluso aquellos que viven en pareja. 

Para realizar el trabajo de investigación se estudio a 121 personas mayores que al ser diagnosticados de una enfermedad crónica comenzaron a tener un mayor sentimiento de soledad, independientemente de que vivieran en pareja o no.

En general, ante una enfermedad crónica, siempre hay que mantener un estado de ánimo positivo. Socializar y mantenerse motivado ayudarán a evitar la sensación de soledad.  Por otra parte, la monitorización de las constantes vitales de forma precisa y fiable es fundamental en el tratamiento y los cuidados de personas mayores que vivan aisladas y tengan problemas de movilidad.

8 Puede causar depresión

Según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, existe una relación directa entre el sentimiento de soledad y los síntomas por depresión, especialmente entre las personas mayores.

Como explica Andrés Losada Baltar, profesor del Área de Psicología Clínica de la Universidad Rey Juan Carlos “la soledad puede verse incrementada a lo largo del ciclo vital por factores asociados a los estilos cognitivos o a la personalidad de las personas o a la ocurrencia de sucesos vitales significativos. […] Estas circunstancias pueden favorecer la ocurrencia de cambios significativos en las vidas de las personas que, finalmente, pueden provocar la emergencia de sentimientos de soledad”.

9 La soledad causa hipertensión.

Volviendo al mismo estudio de la Universidad de Chicago hay que destacar que existe una relación entre vivir en soledad y sufrir de hipertensión. El estudio se llevó a cabo durante 5 años en los que se monitorizó a 229 personas de entre 50 y 69 años. Al cabo de los dos primero años de vivir solos, comenzó a manifestarse un incremento de la tensión arterial, que siguió aumentando durante los dos años siguientes.

Según los autores del estudio, la sensación de soledad y de tener relaciones sociales insatisfactorias por miedo o desconfianza, pueden conducir a esta situación.

10 El aislamiento aumenta el riesgo de mortalidad prematura

En este caso, fue un estudio de Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America el que puso de relieve que al vivir en soledad, es más difícil detectar los síntomas de enfermedades que pueden revertir en la muerte del paciente al no poder poner en alerta a los servicios de emergencia. Por ello, servicios como la telemonitorización son importantes a la hora de determinar el estado de salud de las personas mayores o pacientes crónicos que viven en soledad, y poner remedio a tiempo en caso de ser necesario.

En definitiva, la soledad es un problema que por razones demográficas irá a más en el futuro y por lo tanto resulta fundamental para las administraciones públicas saber cómo enfrentarse a este problema, encontrando fórmulas para gestionar mejor la soledad de nuestros mayores y prevenir sus consecuencias negativas.

Soluciones tecnológicas como la teleasistencia o la telemedicina pueden ser aliados fundamentales en la lucha contra el aislamiento de nuestros mayores, haciéndoles sentir seguros y acompañados en todo momento, tanto en su entorno domiciliario como a la hora de salir a la calle y relacionarse con los demás.

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Las decisiones médicas se apoyarán cada vez más en las nuevas tecnologías

medical-563427_1280Cada vez son más las voces que se suman a la idea generalizada de que las nuevas tecnologías serán uno de los grandes avances en salud a los que asistiremos en los próximos años.

En esta ocasión ha sido César Pascual, director general de Coordinación de Asistencia Sanitaria de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, el que ha sacado el tema a debate en el XXII Congreso Nacional de Derecho Sanitario al señalar que las decisiones médicas se apoyarán cada vez más en las tecnologías como la telemedicina, las aplicaciones o el ‘big data’.

“Poco a poco, los facultativos están recetando ‘apps’ de salud como forma de monitorizar las constantes del paciente» ha dicho Pascual. Estas tecnologías están siendo especialmente provechosas para pacientes crónicos ya que se evitan una gran parte de los traslados a sus respectivos centros de salud sorteando así las molestias y ahorrando importantes sumas de dinero al sistema.

Sin embargo uno de los problemas con los que se enfrenta el sector tecnológico en el ámbito sociosanitario es el de conseguir las pertinentes certificaciones, ya que estas cuestan mucho tiempo obtenerse debido a los rigurosos controles a los que deben de someterse y demostrar no solo su eficacia sino también su inocuidad. El propio Cesar Pascual ha puesto de manifiesto que estas tecnologías han de «sustentarse siempre bajo base científica».

Para Grupo Neat que nuestros productos estén certificados es absolutamente fundamental, ya que solo así podremos ofrecer los estándares de calidad y fiabilidad que nuestros clientes nos reclaman. Así por ejemplo, el dispositivo de telemonitorización para pacientes crónicos TeleMedCare cuenta con el marcado CE de la Comisión Europea como producto sanitario y con las certificaciones de la Administración de Alimentos y Medicamentos estadounidense (FDA) y de la Administración de Productos Terapéuticos australiana (TGA). Todas estas certificaciones convierten a TeleMedCare en un dispositivo de reconocida fiabilidad a nivel internacional ya que ha demostrado cumplir estrictamente con los requisitos de la normativa vigente.

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Las enfermedades crónicas suponen el 80% del gasto sanitario

cardiac-217139_1280Según un reciente estudio de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA) la mitad de los españoles sufrimos algún tipo de enfermedad crónica, lo que supone un gasto del 80% del presupuesto sanitario en este tipo de enfermos.

El informe, titulado Soluciones para la gestión de la cronicidad, pretende abordar el tema de cómo gestionar un sistema sanitario en un estado en el que la población es cada vez más mayor, con recursos más limitados y con mayor gasto en enfermedades crónicas.

Joaquín Estévez, presidente de SEDISA y encargado de presentar el estudio, señaló que “La gestión de la cronicidad es el mayor reto al que se enfrenta el sistema nacional de salud”. El big data se presenta así como un gran aliado a la hora de afrontar un futuro complicado ya que permitiría a los profesionales de la salud saber si en una determinada comarca, algún tipo de enfermedad está teniendo mayor incidencia y poder así actuar de manera rápida y eficaz.

Pero la capacidad de gestión de la información no ha de ser servir solo para su uso profesional, es importante que los pacientes conozcan su enfermedad y sepan cómo enfrentarse a ella. Lo explicaba María Dolores del Pino, presidenta de la Sociedad Española de Neurología (SEN) y participante en el estudio, “Los autocuidados son muy importantes para evitar que la enfermedad progrese”.

“El sistema de salud ha estado históricamente infrapresupuestado” añadía Estévez, que sumaba este como un factor más a la hora de afrontar la cronicidad de los pacientes.

Así las cosas la tecnología se ha convertido en una herramienta primordial a la hora de ahorrar gastos a los sistemas nacionales de salud. Tecnologías como el sistema TeleMedCare podrían significar un gran ahorro al mantener monitorizados a los pacientes crónicos sin necesidad de su desplazamiento a sus respectivos centros de salud, a la vez que permitirían un diagnóstico temprano y su consiguiente tratamiento ante la posible aparición de nuevas enfermedades.

Rafael Bengoa pone de manifiesto el papel de la teleasistencia en la sostenibilidad de los sistemas nacionales de salud.

Rafa BengoaDurante la semana pasada se celebró en Santiago de Compostela el II Congreso Iberoamericano de Epidemiología y Salud Pública que ha reunido en la capital gallega a más de 800 expertos internacionales para abordar el reto de «la epidemiología y la salud pública ante el reto de cronicidad», un reto, que cada día más, está poniendo en dificultades a los sistemas nacionales de salud de todo el mundo.

Entre los ponentes destacados del evento estaba Rafael Bengoa, quien en los últimos años se ha convertido en una especie de ‘guru’ de la sanidad gracias, en parte, a haber sido escogido por el equipo del presidente estadounidense, Barack Obama, como asesor en salud pública, pero sobre todo por su buen hacer como consejero de salud del gobierno vasco, cargo que ocupó durante el último gobierno socialista de esta comunidad, y como profesor de la Universidad de Harvard y de la Deusto Business School.

Según expuso el Doctor Bengoa, que siempre se ha mostrado favorable a la “eficiencia y el ahorro” como fórmula destacada para un sistema nacional de salud de calidad y sostenible, España necesita hacer «cambios muy pioneros que ya están haciendo los países más avanzados del mundo» ya que en los próximos años se producirá un incremento sustancial de los gastos debido al aumento de pacientes crónicos.

Y es que según los cálculos de Boston Consulting Group, frente a los 60.000 millones de euros que se dedican a la atención de las enfermedades crónicas en la actualidad, para el año 2020 se gastarán 100.000 millones de euros del presupuesto de salud pública.

Para poder paliar esta situación el Doctor Bengoa propone fomentar el uso de la teleasistencia y la telemedicina como una forma de que los pacientes puedan conectar con el personal sanitario y transmitirles su situación sin necesidad de trasladarse a su centro de salud.  Para ello habría que «convertir su domicilio en un centro de cuidados» ofreciendo información sobre su estado en tiempo real a sus médicos y enfermeros.

Afirma además que este tipo de atención ya se está ofreciendo en muchos sistemas de salud con muy buenos resultados y destaca que podría ser muy beneficiosa para zonas como Galicia donde la dispersión geográfica hacen aún más difícil el traslado de los pacientes a sus centros de referencia.

Con estas medidas el Doctor Bengoa considera que se podría ahorrar un 21% en los gastos de la atención de los pacientes crónicos frente al sistema actual que consiste en atender físicamente a los pacientes en sus centros de salud.