10 consecuencias de la soledad y como la tecnología puede evitarlas

soledad-412421_1920La sociedad en la que vivimos es víctima de una terrible paradoja, y es que a pesar de vivir en la era de la comunicación, cada vez son más los ancianos que viven en soledad. Sin embargo, no debemos confundir soledad con vivir de forma independiente, ya que la primera es una dura y penosa obligación, mientras que la segunda es una opción personal que puede revertirse cuando el individuo lo crea necesario.

De hecho según un estudio de la Fundación Axa y Fundación ONCE, alrededor de un 20% de los españoles mayores de 18 años viven solos, de los cuales un 59% lo hace por voluntad propia frente a un 41% que lo hace por obligación. Esto significa que el 7,9% de los españoles mayores de 18 años vive en soledad. El problema se agrava considerablemente en la mujer, ya que el 25% de las mujeres mayores de 65 años se ven obligadas a vivir solas.

Las consecuencias de vivir en soledad son muchas y bien conocidas. Como muy bien explicaba Adolfo Tamames en la jornada “Maltrato en personas mayores y violencia de género” celebrada en Madrid y en la que, aparte de nuestro CEO, participaron la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, y la Secretaria de Estado de Asuntos Sociales, Susana Camarero, «someter a un anciano a la soledad, es también otra forma de maltrato que hay que evitar». Y para ello la tecnología puede ser un eficaz aliado, ya que soluciones como la teleasistencia o la telemedicina pueden facilitar en mucho el acompañamiento y el cuidado, tanto físico como mental, de nuestros mayores.

A continuación os dejamos una lista de 10 consecuencias que quizá no conocías sobre la soledad:

1 La soledad es contagiosa

Según un estudio realizado en conjunto por la Universidad de Chicago, la Universidad de California – San Diego y la Universidad de Harvard, los mayores que viven en soledad se vuelven más desconfiados y les resulta complicado hacer nuevos amigos. Además tienden a transmitir sus sentimientos de tristeza a los demás, que reaccionan dejándolos de lado y convirtiéndose ellos mismos en personas recelosas y proclives a la soledad.

Como explica el psicólogo John Cacioppo de la Universidad de Chicago «Detectamos un extraordinario patrón de contagio que lleva a las personas al borde de la red social cuando se hacen solitarias».

2 Los cuidadores también pueden sufrir soledad

Ante una situación de dependencia grave, son muchos los cuidadores no profesionales que tienen que aparcar sus propias vidas, sus carreras profesionales, su entorno social, etc. para cuidar a tiempo completo a sus familiares.

El cuidado no profesional de una persona mayor o dependiente no solo conlleva una gran responsabilidad, sino dedicar mucho tiempo y esfuerzo, lo que acaba alejando al cuidador de su entorno social, entrando así en una dinámica de aislamiento que pueden acabar en soledad y depresión también por parte del cuidador.

Mucho mejor que nosotros lo explica Pablo A. Barredo en su fantástico blog «Diario de un Cuidador«, cuya lectura os recomendamos.

3 Puede dificultar el sueño

Las personas que se sienten solas tienden a despertarse más veces durante la noche, como demuestra un estudio de la universidad de Chicago.

Los investigadores monitorizaron a 95 adultos del área rural de Dakota del Sur. Sin embargo, para este estudio no escogieron a personas que vivieran realmente en soledad, lo que provocaba que se despertaran más a menudo era que, a pesar de vivir acompañados, tenían sensación de soledad.

Este estudio puso de relieve además que la soledad no solo depende de estar realmente solo, sino de la percepción que de ello tenga el individuo. Se puede tener la sensación de soledad teniendo pareja o familia a tu alrededor.

4 El aislamiento convierte a los mayores en víctimas de estafas

Desde hace tiempo, las diversas empresas prestadoras del servicio de teleasistencia, en conjunto con las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, vienen desarrollando programas de información y prevención contra el abuso en personas mayores. Lo cierto es que, como apunta el Centro Nacional Contra el Abuso a Mayores, al vivir en soledad, los mayores se encuentras más expuestos a todo tipo de estafas.

Para evitar este tipo de situaciones es importante que los mayores tengan referentes en quien confiar además de tener a su disposición canales de denuncia. Así, por ejemplo, la teleasistencia puede ser un buen aliado a la hora de combatir este tipo de delitos.

5 Las personas que viven solas tienden a adoptar hábitos poco saludables

Al no vivir en un entorno que fomente la vida sana y  la actividad física, solemos tender a adoptar hábitos de vida más cómodos que suelen ser poco saludables como una dieta poco equilibrada, escasa actividad física e incluso en algunos casos, escasa higiene personal.

Para evitar caer en estas situaciones es importante pasear y relacionarse con otras personas de nuestro entorno. Sin embargo, en muchas ocasiones, el mero hecho de enfrentarse al exterior puede causar inseguridad en las personas mayores, por ello los dispositivos de teleasistencia móvil son tan importantes para dotar a los ancianos de confianza y seguridad a la hora de salir a la calle.

6 La soledad afecta a la salud tanto física como mental

Según un estudio del doctor Cacioppo, psicólogo de la Universidad de Chicago al que ya hemos aludido con anterioridad, los ancianos que viven aislados son más propensos a sufrir complicaciones en su salud, no solo física, sino también mental. Cacioppo ha demostrado que la percepción de aislamiento social conlleva un deterioro en el desarrollo cognitivo de los mayores.

El sentirse acompañados y salir del propio entorno doméstico son la mejor solución para evitar la depresión y otros efectos neurológicos negativos.

7 Existe una relación directa entre soledad y enfermedades crónicas

Investigadores de la Concordia University en Montreal (Canadá) han demostrado que las enfermedades crónicas pueden hacer que los ancianos tengan una mayor sensación de soledad, incluso aquellos que viven en pareja. 

Para realizar el trabajo de investigación se estudio a 121 personas mayores que al ser diagnosticados de una enfermedad crónica comenzaron a tener un mayor sentimiento de soledad, independientemente de que vivieran en pareja o no.

En general, ante una enfermedad crónica, siempre hay que mantener un estado de ánimo positivo. Socializar y mantenerse motivado ayudarán a evitar la sensación de soledad.  Por otra parte, la monitorización de las constantes vitales de forma precisa y fiable es fundamental en el tratamiento y los cuidados de personas mayores que vivan aisladas y tengan problemas de movilidad.

8 Puede causar depresión

Según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, existe una relación directa entre el sentimiento de soledad y los síntomas por depresión, especialmente entre las personas mayores.

Como explica Andrés Losada Baltar, profesor del Área de Psicología Clínica de la Universidad Rey Juan Carlos “la soledad puede verse incrementada a lo largo del ciclo vital por factores asociados a los estilos cognitivos o a la personalidad de las personas o a la ocurrencia de sucesos vitales significativos. […] Estas circunstancias pueden favorecer la ocurrencia de cambios significativos en las vidas de las personas que, finalmente, pueden provocar la emergencia de sentimientos de soledad”.

9 La soledad causa hipertensión.

Volviendo al mismo estudio de la Universidad de Chicago hay que destacar que existe una relación entre vivir en soledad y sufrir de hipertensión. El estudio se llevó a cabo durante 5 años en los que se monitorizó a 229 personas de entre 50 y 69 años. Al cabo de los dos primero años de vivir solos, comenzó a manifestarse un incremento de la tensión arterial, que siguió aumentando durante los dos años siguientes.

Según los autores del estudio, la sensación de soledad y de tener relaciones sociales insatisfactorias por miedo o desconfianza, pueden conducir a esta situación.

10 El aislamiento aumenta el riesgo de mortalidad prematura

En este caso, fue un estudio de Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America el que puso de relieve que al vivir en soledad, es más difícil detectar los síntomas de enfermedades que pueden revertir en la muerte del paciente al no poder poner en alerta a los servicios de emergencia. Por ello, servicios como la telemonitorización son importantes a la hora de determinar el estado de salud de las personas mayores o pacientes crónicos que viven en soledad, y poner remedio a tiempo en caso de ser necesario.

En definitiva, la soledad es un problema que por razones demográficas irá a más en el futuro y por lo tanto resulta fundamental para las administraciones públicas saber cómo enfrentarse a este problema, encontrando fórmulas para gestionar mejor la soledad de nuestros mayores y prevenir sus consecuencias negativas.

Soluciones tecnológicas como la teleasistencia o la telemedicina pueden ser aliados fundamentales en la lucha contra el aislamiento de nuestros mayores, haciéndoles sentir seguros y acompañados en todo momento, tanto en su entorno domiciliario como a la hora de salir a la calle y relacionarse con los demás.

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